Hasta aquí venían antiguamente las mujeres de Olivella a lavar la ropa, caminando 2 kilómetros por el monte hasta este rincón donde no faltaba el agua. Si el terreno kárstico es duro para las plantas, también lo es para los humanos. — Olivella, Barcelona.
Aquí donde se ven tan seco y apacible, el río Corb suele experimentar crecidas repentinas después de fuertes tormentas, y no sería la primera vez que se sale de madre a su paso por Guimerà. — Guimerà, Lleida.
Una centolla del Caribe que se quedó literalmente seco al salir del agua. — Tortuguero – Limón, Costa Rica.
No es un desierto. La roca calcárea no deja retener el agua de la lluvia y las pocas plantas que crecen aquí tienen que estar muy adaptadas a la escasez de agua. — Olivella, Barcelona.
Una vsita de Guimerà desde el otro lado del río Corb. Panorámica a partir de dos disparos. — Guimerà, Lleida.
— Tortuguero – Limón, Costa Rica.
Una singular formación rocosa que recuerda el sombrero de un párroco. Durante un tiempo se pensó que eran restos de algún dolmen, pero no se ha encontrado ninguna evidencia de que lo fuera. — Olivella, Barcelona.
Llegando a la Plaça Major de Guimerà desde el Portal de Tàrrega. Esta plaza era lugar de reunión, de mercado semanal y de ferias. Los porches de la calle de la izquierda eran lugar de cobijo cuando llovía. — Guimerà, Lleida.
— Tortuguero – Limón, Costa Rica.
Recogiendo grano para la despensa de la comunidad. — Olivella, Barcelona.