Los colibrís agradecen que acerques la mano a los comederos. Así pueden dejar de batir las alas mientras comen. Aquí un colibrí brillante coroniverde (Heliodoxa jacula) posado en mi mano mientras con la otra le hago esta foto con el móvil. Es una sensación curiosa el sentir su poco peso sobre la mano.
—
Santa Elena – Monteverde, Costa Rica.