Vlad III de Valaquia (Sighișoara, Transilvania; 1428/1431-1476/1477), conocido como Vlad el Empalador (en rumano: Vlad Țepeș) o Vlad Drácula (en rumano: Vlad Drăculea), fue príncipe de Valaquia entre 1456 y 1462. Está considerado uno de los gobernantes más importantes de la historia de Valaquia y héroe nacional de Rumanía.
Durante su vida, Vlad firmaba sus documentos en latín como Ladislaus Dragwlya, vaivoda partium Transalpinarum (1475). Su patronímico rumano Dragwlya (o Dragkwlya, Dragulea, Dragolea, Drăculea) es un diminutivo del epíteto Dracul, heredado de su padre Vlad II Dracul, quien en 1431 fue admitido en la Orden del Dragón, creada en 1408 por Segismundo de Luxemburgo, rey de Hungría y posteriormente emperador germánico. Dracul, que en rumano significa «el Dragón», es una forma definida rumana, siendo -ul el sufijo de artículo definido (del latín ille) y la palabra drac, el sustantivo «dragón» (del latín draco). La palabra drac ha adquirido en rumano moderno la connotación de «demonio» (la palabra para «dragón» ahora es balaur o zmeu), lo que ha llevado a malinterpretar el apodo de Vlad como «demoníaco».
En cuanto a su apodo, Țepeș, el Empalador, proviene a su afición por el empalamiento como método de ejecución, aunque únicamente le fue asignado póstumamente, en torno al año 1550. Antes de esto solamente había sido conocido como Kazıklı Bey (Señor Empalador) por los turcos otomanos que encontraron sus «bosques» de empalados.
A finales del siglo XV adquirieron gran popularidad los libros que relataban sus actos de crueldad, convirtiéndose en algunos de los primeros superventas en Europa. En Rusia, las historias populares sugirieron que Vlad pudo fortalecer el gobierno central solo mediante la aplicación de castigos brutales, y la mayoría de los historiadores rumanos adoptaron una opinión similar en el siglo XIX. El escritor irlandés Bram Stoker se inspiró en este príncipe para crear su personaje del vampiro conde Drácula.
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Sighisoara, Rumanía.