La llanura del sur de Oltenia, extendida entre los ríos Jiu y Olt, es testigo de la existencia del "bordei", un tipo arcaico de vivienda excavada en la tierra. En el exterior, se presenta como una colina irregular cubierta de hierbas de todo tipo, bajo las cuales el techo, cubierto con un grueso estrato de paja, se deja nivelado hasta el suelo circundante.
Identificado en investigaciones arqueológicas desde el Neolítico, el bordei ha evolucionado a lo largo del tiempo en diferentes tipos y variantes con una a seis habitaciones. Las razones de la persistencia de estas construcciones hasta la primera mitad del siglo XX no están necesariamente relacionadas con la situación material de los propietarios. Más bien, están ligadas a las fuertes raíces de la tradición, al clima severo con vientos fuertes y grandes diferencias de temperatura entre verano e invierno, así como a las constantes incursiones otomanas al norte del Danubio. Perfectamente camuflados en el paisaje, los bordei proporcionan calor en invierno y frescura en verano.
El bordei de Castranova, perteneciente a Dumitru Gheorghe Măciucă (Mitru Terleanu) y que data de mediados del siglo XIX, fue trasladado al museo en 1949, siendo una de las últimas construcciones de este tipo en el pueblo. En su reconstrucción se utilizaron piezas del bordei de Ion Istrate para completarlo.
El plano, en forma de la letra "T", consta de cuatro habitaciones. La entrada al bordei ("gârlici") está flanqueada por dos "cosoroabe" esculpidos en forma de cabeza de caballo, que tenían la función de proteger la vivienda de peligros y espíritus malignos. Descendiendo por la pendiente del gârlici a 1,5 metros de profundidad hacia la "zona de fuego", encontramos una habitación destinada a la cocina. Aquí encontramos un horno de barro utilizado para hornear pan y preparar alimentos, numerosos utensilios de hierro con formas elegantes y decoración estampada, ollas, frascos y cuencos utilizados para hervir, conservar y servir alimentos, además de utensilios de madera con decoraciones talladas, sartenes y calderos de latón adornados con cruces, bolitas y hojas. Estas piezas fueron hechas por miembros de la familia o artesanos especializados de Oltenia (herreros de Castranova, alfareros de Oboga, caldereros de Bârca, entre otros).
La cocina está bordeada a la izquierda por una despensa con objetos que recuerdan la ocupación principal de los habitantes (agricultura). Entre estos, destaca un "banița", una medida de cereales fechada en 1811. A la derecha, encontramos la sala de estar con una estufa ciega y ventanas estrechas. El inventario se completa con objetos decorativos o protectores de la familia y la casa, algunos con significados ancestrales (pechuga de gallo, ala de pato).
Fuente: Web del museo (muzeul-satului.ro/), traducido del rumano por ChatGPT.
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Bucarest, Rumanía.