En los albores del otoño, cuando muchas flores ya se despiden, una aparición sorprende en prados y claros de bosque: el Colchicum autumnale, también conocido como azafrán silvestre o narciso de otoño. Sus delicadas flores, con tonos que varían del rosa lila al púrpura, evocan la elegancia del azafrán común. Sin embargo, tras esta apariencia encantadora se esconde una realidad peligrosa. Todas las partes de esta planta albergan una potente toxina, la colchicina, que la convierte en una especie a la que admirar desde la distancia, sin jamás intentar tocarla o consumirla. Conocer su belleza y, sobre todo, su toxicidad, es crucial para disfrutar de la naturaleza de forma segura.
(Título y descripción: Gemini)
—
Ribes de Freser, Girona.