El vapor blanco se desvanece en el aire invernal. Pasta Sala es mucho más que una isla: un lugar multifuncional donde la ciudad se encuentra con el agua. En verano, playas y festivales de esculturas de arena. En invierno, pistas de patinaje y obras de hielo tallado.
Aquí hay parques infantiles, un anfiteatro para conciertos y zonas ambientales que recrean diferentes ecosistemas letonos: huerta rural, bosque, pantano, prado. Entre los ríos Lielupe y Driksa, la isla respira al ritmo de las estaciones.
Desde el puente se ve todo: el barco anclado como un recuerdo de otros tiempos, los árboles desnudos que esperan la primavera, el reflejo perfecto de un cielo que no sabe si llorar o simplemente observar.
Esta isla cuenta la historia de Jelgava a través del arte: 755 años de memoria esculpidos en arena y hielo.
(Texto de Claude AI).
Foto hecha con el móvil.
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Jelgava, Letonia.