Desde la isla del palacio, Jelgava se despliega como un mapa de recuerdos. El Driksas bāka monta guardia en su promontorio nevado, último centinela antes de que las aguas se encuentren con el Lielupe. El Mītavas tilts extiende sus 152 metros de ingeniería moderna, conectando mundos mientras sus cables cortan el cielo como líneas de
