Un perezoso disfruta de este atardecer en la costa del Pacífico. Si no lo ves, está arriba en la rama de la derecha. Creo que es un tridáctilo. — Manuel Antonio – Puntarenas, Costa Rica.
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Vergonzoso
Esa masa peluda blanquecina en la copa de un ceibo es un perezoso didáctilo (Choloepus hoffmanni) visto desde la terraza del hotel. Tuvo que indicarme uno de los camareros porque no era fácil de ver. Se cubre el rostro con uno de sus largos brazos. — Manuel Antonio – Puntarenas, Costa Rica.
A tres patas
Por fin vemos mejor este perezoso, ahora que está colgado de sus dos patas traseras y la delantera izquierda. Eso sí, desde la barca sólo se veía una lejana bola de pelo gris. El tono verdoso de su pelaje se debe a un alga que crece en él. — Parque Nacional Tortuguero – Limón, Costa
Sin cabeza
Cuesta saber dónde tiene la cabeza este perezoso de tres dedos en esta postura tan rara colgado a dos patas. Además tiene todo el pelaje empapado por todo lo que ha llovido en las últimas horas, y parece más un extraño monstruo que un adorable perezoso. — Parque Nacional Tortuguero – Limón, Costa Rica.
Imperceptible
La gran ventaja de visitar el Parque Nacional de Tortuguero con un guía es que gracias a él puedes ver animales que no verías por tí mismo, como este perezoso tridáctilo que estaba muy lejos escondido en la copa de un árbol. El perezoso es otro de los iconos de Costa Rica. — Parque Nacional