En 1906 Picasso sufrió una crisis de creatividad. Aunque vendía bien sus cuadros en París le costaba mucho acabar los que tenía en proyecto. Junto con su compañera Fernande Olivier se desplazaron a Barcelona, y allí un amigo les recomendó instalarse una temporada en un recóndito pueblo de montaña, Gósol. Y en mayo de ese
