Decían que por donde pisaba el caballo de Atila no crecía la hierba, pero por donde pisan las hormigas tampoco. Aquí una limpia pero muy frecuentada autopista de hormigas.
—
Parc d’Olèrdola, Barcelona.
[EXIF]
Decían que por donde pisaba el caballo de Atila no crecía la hierba, pero por donde pisan las hormigas tampoco. Aquí una limpia pero muy frecuentada autopista de hormigas.
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Parc d’Olèrdola, Barcelona.
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