Los colibrís agradecen que acerques la mano a los comederos. Así pueden dejar de batir las alas mientras comen. Aquí un colibrí brillante coroniverde (Heliodoxa jacula) posado en mi mano mientras con la otra le hago esta foto con el móvil. Es una sensación curiosa el sentir su poco peso sobre la mano. — Santa
Mes: enero 2021
Trazas de vida
— El Perelló, Tarragona.
Recinto de alta seguridad
Podría ser un cuartel, o una prisión. Fuertes medidas de seguridad para proteger una granja de caracoles. — Prades, Tarragona.
Competencia
Varios ejemplares de colibrí brillante coroniverde (Heliodoxa jacula) se disputan este comedero, con avispas y abejas también esperando turno. — Santa Elena – Monteverde, Costa Rica.
Entre las señales
— El Perelló, Tarragona.
De donde vienen las avellanas
— Prades, Tarragona.
Este agujero es mío
Un colibrí esmeralda capirotado (Elvira cupreiceps) disputándose la dulce sopa con una avispa. — Santa Elena – Monteverde, Costa Rica.
La ciudad
Llena de casas abandonadas. — El Perelló, Tarragona.
Agalla en castaño
— Prades, Tarragona.
Un respiro
Un colibrí montañés gorgimorado (Lampornis calolaemus) del que no tengo claro el sexo, aunque todo apunta a que puede ser un macho joven. Descansa sobre el soporte de uno de los comederos. Debe ser muy cansado estar batiendo las alas como hacen ellos. — Santa Elena – Monteverde, Costa Rica.