Tras la primera noche en Transilvania no noto nada raro en el cuello, aún me veo en los espejos y no me molesta la luz del sol. Eso sí, tengo un apetito voraz. Foto hecha con el móvil. — Brasov, Rumanía.
Tras la primera noche en Transilvania no noto nada raro en el cuello, aún me veo en los espejos y no me molesta la luz del sol. Eso sí, tengo un apetito voraz. Foto hecha con el móvil. — Brasov, Rumanía.