Once cruces blancas se alzan como soldados silenciosos en formación perfecta. Su color inmaculado las distingue del bosque de cruces que cubre la colina, pero su mensaje es igual de profundo. La placa en la cruz central habla en lituano de un duelo que duró una década: "Viespatie Suteik Amzina Ramybe Zuvusiems Lietuvos Laisves Koyos Sajudzio Partizanams, 1944-1954" – "Señor, concede el descanso eterno a los partidarios caídos del movimiento de liberación de Lituania".
Los Hermanos del Bosque, como se conocía a los partisanos lituanos, libraron una guerra de guerrillas contra la ocupación soviética que duró casi una década. Se estima que unos 30.000 partisanos lituanos y sus colaboradores fueron asesinados. En 1945, cerca de 30.000 personas se habían unido a la lucha armada y los partisanos controlaban la mayoría de las aldeas en Lituania.
Las diez cruces que flanquean la central no están colocadas al azar: cada una representa a uno de los diez condados de Lituania, simbolizando que la resistencia se extendió por todo el territorio nacional. Ninguna región quedó al margen de esta lucha, ningún rincón del país dejó de alzar su voz contra la ocupación.
Los partisanos dependían de civiles simpatizantes para obtener suministros básicos y utilizaban equipamiento alemán o lituano abandonado, así como armas capturadas a los soviéticos. Operaban desde los densos bosques de pinos, lanzando emboscadas, sabotajes y ataques contra guarniciones soviéticas.
Estas once cruces representan no solo la memoria de los caídos, sino la unidad de una nación que encontró en la fe su último refugio cuando todas las armas callaron.
(Texto de Claude AI)
Foto hecha con el móvil.
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Kryžių kalnas – Siauliai, Lituania.