En el año 2007 AENA cedió al Ayuntamiento de Viladecans unos terrenos que expropió en el 2005 para la ampliación del aeropuerto del Prat. Al revisar los terrenos de la pineda del Remolar, los técnicos descubrieron que dentro del recinto del antiguo cámping Toro Bravo había una construcción arquitectónicamente peculiar y que hasta el 2004