Al pie de esta cruz monumental que parece dar la bienvenida a los peregrinos, el misterio se espesa como la niebla báltica. Los orígenes exactos de la Colina de las Cruces siguen siendo un misterio, aunque la primera mención escrita data de 1850. Pero las leyendas son más elocuentes que los documentos. Una leyenda popular
