Al igual que los jinetes le cogen especial cariño a sus cabalgaduras, yo les cojo especial cariño a los coches que me acompañan en las diferentes etapas de mi vida. Hoy hace una semana que mi Mazda ya no está conmigo. Me acompañó con gran solvencia y seguridad en más de 256.000 km, aunque en los últimos tiempos empezaba a sufrir de falta de fiabilidad, pero son cosas de la edad.
La foto es de la última excursión del pasado otoño. Hoy me voy con una nueva cabalgadura a disfrutar de un nuevo otoño. Nos vemos a la vuelta.
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Saldes, Barcelona.
[EXIF]